¿Dónde van los modernos de vacaciones?

Claramente, dónde diga el anuncio de Estrella. 

Y es que señores modernos del mundo, por mucho que queramos ser diferentes, outsiders, hipsters, trendies o lo que sea... todos terminamos en los mismos sitios. Y nosotros que nos pensábamos que iríamos a una cala solitaria, con la banda sonora del anuncio, con las risas de nuestros amigos simplemente interrumpidas por las olas del mar... y nos encontramos una marabunta de modernos que han pensado lo mismo que nosotros, que llevan iPods con The Drums a toda leche y bailotean cual pollo sin cabeza.

Sí, señores nuestros, estamos contribuyendo con nuestra modernez a convertir los pocos sitios tranquilos de playa y sin guiris alemanes gordos-color gamba en playas que parecen el Primavera Sound de la crema solar, los capazos handmade y los gorros de paja.  

¿A que no vas a encontrar un moderno en Marina d'Or ciudad de vacaciones? Pues ala, allí es donde tenemos que ir. A evangelizar, cual misioneros de la modernez, a los pobres abuelos del Imserso y las choni-familias con barca hinchable incluída. Eso sí que es ser un outsider.

O si no, id a Indonesia, que allí casi no han visto a europeos y Cannelle se convirtió en la reina de las fotos robadas y de la vida social playera. ¡Un momento egoblogguer playero total!

Señores de Estrella, tal y como ya pasó con la película de Lucía y el sexo (todos recordamos la escena en la que se rebozaban en arena negra completamente desnudos), las playas que ustedes enseñan en sus anuncios han perdido el encanto moderno que les quieren dar.

Les sugerimos que el año que viene opten por grabar su anuncio con las abuelas de los pueblos perdidos de este país (eso ha sido a petición del abuelo de Cannelle, que estaría muy contento de que hubiera más gente en la fiesta mayor del pueblo) o en la playa de Castelldefels, así nosotras, el año que viene, rodeadas de modernos nos sentiríamos en nuestra salsa.

Y por cierto, cada año la canción que escogen es menos pegadiza. Despidan ya a los creativos, seguro que ya tienen más de treinta y no están en plena disposición de sus facultades moderniles.

¡Cannelle ha vuelto!

Después de 31 horas de viaje y dos escalas, Cannelle ha llegado a su casa. Ha vuelto de Indonesia cargada de fotos y de mil ganas de contaros sus peripecias honimuneras.

Un avance: 

Cannelle haciendo amigos