Cannelle: Como yo también era de las que no se iba a casar, he pensado darte unos consejos... porque a las que nunca nos ha ido el rollo bodil cuando nos toca pasar por el aro vamos más perdidas que una cabra en un garaje.
Sésame: A ver, dispara.
1. No hace falta que lleves zapatos de recambio. Eso es para las invitadas, que a la que pueden se sacan los tacones y se ponen unas alpargatas. A la novia le van a doler los pieses lleve lo que lleve. Entre las horas pre-boda, la ceremonia, el reportaje, las fotos con los invitados y demás, vas a desear irte corriendo (o mejor dicho volando, por el dolor de pies) a un spa o directamente a la cama. Cuando te duelen tanto, no hay zapato que sea cómodo. Zapatos en mano y punto.
Sésame: Mierda, pues ya tengo unos de recambio... y te digo que si los normales molan, los de recambio molan mil! Pero... hasta aquí puedo leer
2. Momento "me estoy meando". Antes del día D, asegúrate de revisar el baño del sitio donde celebres el banquete. Escaleras? Baño estrecho? Si es así, búscate a una ayudante para ese momento. Yo, de los nervios, ni me acordé de ir a mear hasta los postres. Y en ese momento me entró el pánico. "¿Voy a ser capaz de mear sin meter medio vestido en la taza del WC?" Por suerte, era verano y no llevaba medias. La cosa se habría complicado mucho, MUCHO.
Sésame: Juas... vale, lo tendré en cuenta. Hay que bajar escaleras, pero los lavabos son grandes. Vale, pues nada, mearé en compañía de alguna de mis amigas.
3. Asegúrate que no hay ningún facha en la sala. Oseasé, que nadie se vaya a molestar porque haces la ceremonia en catalán. Y si se va a molestar, que lo sepas con antelación y no se levante en medio de la ceremonia y te quite el protagonismo. Dirás... ¿y eso a qué viene? Parece surrealista, pero a mi me pasó.

4. Los coches vintage, descapotables, son muy bonitos y quedan la mar de monos para las fotos. Pero no para llegar con ellos a la boda. Vas a llegar con los pelos de punta y el vestido arrugado. Yo, que soy así de romántica, quería llegar a la boda en caballo, sentada de lado con la cola colgando... pero ya te imaginas lo poco operativo que es eso. Primero, sube al caballo sin caerte de cabeza con el vestido de princesa de los bosques. Y luego, baja al llegar delante de tu futurible y de todos los invitados sin matarte, sin hacer el ridículo, sin que se te quede el vestido enganchado encima del caballo y sin terminar llena de pelos caballiles. Nada nada, eso lo dejamos para las modernosesiones de fotos pre o post boda.

Sésame: Yo tengo prohibido por el médico montar a caballo (y no... no es coña...) y además, lo siento pero no es que me molasen mucho antes de tenerlos prohibidos... Pero Cannelle, siento decirte que sí, que llegaré con coche descapotable, pero como soy una chica precavida, sólo voy a ir en él desde la entrada de la finca hasta el sitio de la ceremonia. Los que no sepáis de que coche hablo... también lo vais a flipar cuando os enseñe la foto del coche en cuestión...
Te agradezco los consejos, ¡los tendré en cuenta!