Mostrando entradas con la etiqueta trapitos varios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta trapitos varios. Mostrar todas las entradas

8 ene 2013

El calendario más molón para este año

Cannelle: Que sí, que las Abuelitas Modernas y las Chicas del Club somos así de guays y hemos hecho un calendario.


Sésame: Empezamos queriendo hacer un calendario en bolas, continuamos diciendo que mejor en ropa interior, luego que si eso con camiseta sólo y... al final, pues ha sido esto que veréis a continuación.

De momento, no vamos a revelar ninguna de las identidades de las chicas que aparecen pero... seguro que a la mayoría las conocéis!

Gracias sobretodo a Raquel de Tres Deseos y Medio, por hacer las fotos y por ser tan maja...

Sésame: Y porque tanto ella como su partenaire  me quitaron los brillos muy hábilmente.
Cannelle: Es que tu belleza deslumbra
Sésame: Mi blancura más bien...


... A Saioa por maquetar el calendario
A nuestra Belén, que no quiso salir en el calendario, pero que debería haber salido (¡nos vemos en el infierno guapa!)
A Marina, Deb y Nadia, porque siempre están a todas y montan unos saraos que no veas
A las maquilladoras que nos hicieron chapa y pintura (¿podríais venir a casa cada mañana?)
A Sara de Decibelios en la panza, por darnos la contra y posar cual Claudia Schiffer con nosotras
Y ¡a todos vosotros por no reiros demasiado! ;)

Nos vemos en Febrero!

13 sept 2012

Operación BRAGUES

Sésame: Si, si... operación BRAGUES, habéis leido bien.
Cannelle: A ver, si es que a veces me das miedo cuando leo los títulos de los posts que me dejas empezados...
Sésame: Es que yo soy ASÍN de campechana. Como el rey pero en moderno
Cannelle: Y con menos pasta y sin caerte por las escaleras cada dos por tres. 
S: Sí, eso también. Pero a ver, que nos perdemos siempre en la introducción y no vamos al tema. Este verano otra de las cosas que he hecho (a parte de currar y asarme a fuego lento en la calurosa Barcelona) ha sido la OPERACIÓN BRAGUES. Fué una operación con mucha enjundia y misterio, que me costó muchísimo abordar
C: ¿Y en qué consistía?
S: Muy sencillo, después de que el señor Sésame se haya tirado un año haciendo aspavientos por el aspecto deplorable de mi ropa interior cada vez que colgaba una lavadora, cuando me levantaba por las mañanas, cuando recogía la ropa colgada, cuando yo salía de la ducha, cuando se me veían las bragas debido al talle bajo... Decidí liarme la manta a la cabeza y hacer un ataque en toda regla al primer cajón de la cómoda.
C: El cajón de la ropa interior
S: Efestivamente. Es que cuesta mucho deshacerse de las bragas viejas... les acabas cogiendo cariño, aunque ya no tengan goma, y te vayan bailonas... es que no me atrevo a tirarlas aunque se quedan así como con un tacto suave (de puro gastado) y pierden el color y se vuelven VINTAGE. No se supone que a los modernos nos gustan las cosas vintage?
C: Si, pero es que en el tema braguil, vintage no es viejales, es bragas de puntilla, de los años cincuenta con la cintura alta y esas cosas. Pero recién compradas, nuevas. 
S: Bueno, total, que tiré TODAS las tirables y me dirigí (acompañada de Cannelle, claro) a las tiendas típicas mainstream de ropa interior a rebajear. Pero es que hay muuuuchos tipos de bragas...
C: Yo debería hacer lo mismo... porque con la excusa de guardar las bragas viejas para los días reglosos, tengo un montón de bragas de cuando tenía 12 años (algunas con el nombre marcado, de cuando iba de colonias).
S: Y eso a nuestros respectivos señores no les gusta.
C: Ni un pelo. Aunque vaya calzoncillos que nos llevan ellos también... que alguno ya he tirado sin que se entere el susodicho. Peeeeeeero ese es otro tema, que nos volvemos a ir por los cerros de Úbeda. 

Las bragas viejas (no vintage)
Sésame: Yo, una recién estrenada treintañera que todavía no ha dejado de llevar bragas con dibujitos, de algodón de las de toda la vida, nada de bragas brasileñas, caribeñas, bolivianas ni cosas de esas... soy el paradigma de este tipo de bragas (lo era antes de la operación bragues... lo siento braguitas con el dibujo de Snoopy, os echaré de menos).
Cannelle: Bueno, ya lo viste el otro día (nota para las lectoras: Sésame y Cannelle se fueron de compras braguiles juntas). Yo también llevo bragas de dibujos: hipopótamos, bricks de leche, gatitos, flores... 

¿Quién no ha tenido bragas de estas? De las que te comprabas porque te parecían monísimas y cuando tu pareja las descubría en el armario se torturaba pensando en porqué te habías gastado el dinero en bragas de pre-adolescente y no en lencería sexy.

de Oysho

Pero es que son taaaaaaan monas... y cuesta tanto dejar la infancia atrás... Puestas a tener una pizca de síndrome de Peter Pan, mejor que sea llevando bragas de dibujitos y no otra cosa que se vea más, no?

Los coulottes
Los hermanos mayores y mucho más experimentados que las bragas. Mientras que sus hermanas pequeñas (en todas las variedades, talle alto, bajo, a medio cachete, con el tiro ochentero...) se desviven por reinventarse, los coulottes se han mantenido fieles a su idea inicial "Los calzoncillos de boxer són más cómodos que las bragas" y si no... ¿porqué se inventaron los coulottes?

C: Porque ni se te meten por el culo, quedándote una o ambas nalgas al aire, ni se te enroscan en la cintura (cosa que nos pasa a las que tenemos flotador).


S: Y son la mar de sexis.
C: Y vintage.
S: Cannelle, estamos hablando de coulottes, no de bragas-faja abueleras de esas que se han puesto de moda otra vez.
C: No, si ya... De eso tenemos que hablar otro día.

Claramente, la ropa interior masculina es mucho más cómoda y más práctica que la femenina. Por eso los fabricantes de ropa interior, que son muy avispados pensaron que ya estaba bien de ahorrar ropa haciendo tangas, que lo importante era gastar metros de lycra haciendo calzoncillos femeninos en colores de moda.


Las bragas de puntillas  (de esas que pican) 
Que levanten la mano las que piensen que el puntilleo braguil es el nuevo Necronomicón. Que sí, que son preciosas, que las vemos ahí puestas en ese cuerpo perfecto de plástico y quedan la mar de monas.
de Huit

Y tu (que en un momento consumista has decidido dejar de comprarte coulottes y bragas de algodón) decides que no estaría mal ir conjuntada alguna vez (sujetador-bragas nos referimos) y entras y te lo pruebas. Y piensas que pica un poco pero... bah, total, no es nada.

Llegas a casa y le enseñas tu compra a tu pareja (ese a quien dos líneas antes le daba grimilla tu ropa interior de niñita). Te echa una mirada que tu crees que es de ojos golosones y te suelta "Juas! ¿Eso te vas a poner? tu eres de cosas más sencillas" Y entras en ese estado de #muerteydestrucción que te obliga a ponerte el conjunto al día siguiente.

Y la mar de contenta, oygan... hasta que las bragas se deslizan suavemente entre los cachetes y tienes que ir haciendo el movimiento Rafa Nadal por la calle para evitar que se te claven las puntillas en el cerebro. Y el sujetador te pica, y se te clava, y no puedes rascarte una teta en medio de la calle, que ya te han visto hacer el rafanadal... y te pasas todo el día pensando en que echas de menos las bragas de dibujitos.

C: Queridas lectoras, tenemos que aclarar que el apartado "las bragas de puntilla" es cosa de Sésame. A mi me encantan y las llevo con gran dignidad. Eso sí, mi querida amiga, ya sabes que yo soy de bragas de seda.... y las puntillas de seda no pican. Ya te regalaré unas, no te preocupes.

La Perla

S: Yo es que como dice el señor Sésame, soy de cosas más sencillas. Mi cuerpo no está diseñado para ser una fashion blogger (que llevan conjuntada siempre siempre la ropa interior con el exterior)...
C: Total, que la ropa interior femenina (casi toda) viene siendo un magnifico mundo que deberíamos explorar más, ¿no Sésame?
S: Yo diría que sí... ¡queremos saber vuestras preferencias lenceras! ;)

10 sept 2012

Sésame se nos casa (Vol II)

Cannelle: Si es que os gusta más una historia de cotilleo...
Sésame: Pues parece que sí, que moló bastante el Volumen I.  Me siento como una estrella de los blogs de bodas. Mira, algo que no me había propuesto nunca...
Cannelle: A ver si después de esto te vas a convertir en fashion blogger..
Sésame: No me tientes... no me tientes que me pierdo enseguida. Va, venga, vamos con el volúmen dos de la existosa serie "Sésame se nos casa".

Capítulo 5: Sésame se compra unos zapatos
La vida de la novia sobretodo en época pre-bodil es dura. Tiene que convivir con preguntas tan estúpidas como:
- ¿Estás nerviosa?
- ¿Y luego vienen los niños, no?
- ¿Te has comprado los zapatos ya?

vía http://www.oncewed.com
¿¿Cómorrrrrrrrrrr??
Si queridos lectores, me acordé de que tenía que comprarme los zapatos porque alguien que me llamó para preguntarme qué tal iba todo (Si Confetti Mayor, fuiste tu, que eres la voz de mi consciencia bodil). Total, que como en aquél momento estaba caminando por las Ramblas, me giré hacia cierta tienda de zapatos que hay por allí y estaban en el escaparate. La mar de bien colocados, la mar de majos, esperando ser comprados por la señorita Sésame.  

Total, que entré en la tienda y pedí un 40 de esos maravillosos zapatos (sí, vale, soy un poco bigfoot..) y la chica de la tienda entabló una bonita charla con la menda

Chica de la tienda - Son superbonitos, te van a quedar de maravilla, además, hacen el pie pequeño
Sésame  - Ah... ya... no, si me da igual lo del pie grande...
CT - Bueno, tú prúebatelos, ya verás qué bien, y son supercómodos. (¿Porqué siempre dicen eso en las tiendas aunque te estés probando unos zancos pequineses? Señora, son incómodos, no llevo nunca tacones y los aguantaré cinco minutos, pero son bonitos y como soy masoca me los voy a quedar)
S - Si, pues me gustan.


C: Tranquila, Sésame, que no eres la única piesgrandes. Mira a Paris Hilton, con su 41 y medio
, y siempre luciendo zapatos con plataforma.

CT - Y oye, con qué te los vas a poner? es que los veo como muy arriesgados para según qué cosas
S - Mmmmhh con un vestido blanco
CT - Ah si, claro, super veraniego, muy bien muy bien. Pero... ¿de qué estilo? ¿así rollo largo hippie?
S - Si bueno, algo rollo vestido de boda
CT - Ah, claro, haberlo dicho antes... para una boda... ¿pero vas a ir de blanco a una boda?
S - Sí, es lo normal cuando eres la novia
CT - ...
S - ¿Me cobras por favor?

Cannelle: Pobre chica, seguro que la avasallaste con el tonito ese de mujer de hielo que gastas a veces
Sésame: ¡Jiji! Si, me gusta ser malvada... No, en serio, después de la sorpresa inicial, creo que le moló la idea.

Capítulo 6: Sésame y el señor Sésame escogen restaurante
El señor Sésame es un moderno... diferente. Él tira más a hippie que a moderno. Pero lo que ha unido el amor, que no lo separe la modernez...

C: A ver... ¿A quién quieres engañar? El señor S lleva barba pero no de moderno, sino de hippilongo.
S: Si claro, es que el es muy asín. Muy de ser hippie.

¿Irá también el señor S de naranja el día de su boda?
Sésame: Oye... ¿y esta foto? Hombre, a mi no me haría mucha gracia que mis amigas salieran como la de rojo, con la sobaquera sin depilar (aunque el señor S sea tirando a hippie). No por nada (cada uno es libre de hacer lo que quiera), pero que no levanten así los brazos,  que no queda muy bien en las fotos.

Así que, como buenos novios 2.0 buscaron un restaurante por internet. Después de recibir miles y miles de mails avasallando con el consabido "Nuestro restaurante mola mil, venid que os trataremos como unos reyes" (¿Porqué nadie me avisó de que una vez haces una búsqueda en un buscador de bodas te llama hasta el tato para ver si te quieres casar en su casa?), decidieron ir a ver 3 restaurantes.

En los 3 restaurantes, les pusieron a los relamidísimos maitres los pelos de punta cuando les decían:

- No nos vamos a hacer fotos así que en el aperitivo, nada de tonterías separatistas para los novios. Queremos jalar.
- No queremos ni la decoración, ni el fotógrafo, ni la música de la ceremonia, ni las flores, ni los centros de mesa, ni las minutas (esta palabra Sésame también la ha aprendido de Confetti Mayor).  Si son horteras, son horteras.
- Ni pastel ni hacer el canelo cortándolo. Por ahí no pasamos. Y las tonterías de los camareros sacando los platos a ritmo de música... no sé no sé, lo tendremos que pensar, es que nos da vergüenza ajena. Camareros del mundo: ¿A que no os mola que os hagan hacer el pringui?
- Los novios beben cerveza, los demás que tomen vino si quieren.

C: Queridas lectoras, no os preocupéis que si Sésame aparece
en forma de pastel el día de su boda os aviso vía Twitter. 
Sésame: Hombre no, pero.... una tarta de Geoff (mmmmhhhh Geofff...) del Rey de las tartas... no sería un mal negocio!

Y sí, al final encontramos uno que nos gustó, en el que les da igual que seamos unos sosos y que no queramos hacer más tonterías que las que nos apetezcan. Y allí que llevaremos a la gente en autocar, haremos el paripé y disfrutaremos todos de la barra libre. La novia incluída. Que para eso he pagado. Para tomarme mis Gin Tonics vestida de blanco.

¡Mirad al señor S!


Fin de la segunda temporada. Y ahora no sean impacientes, que hasta el día 29 ya no hay más entradas bodiles... Sigan el hashtag #bodaxi (¿quién escogió el nombre?) para reirse de la pobre Sésame el día de su despedida y para seguir la boda en streaming (¡TOMAYÁ CON LAS TECNOLOGÍAS!)





19 jul 2012

Sésame se nos casa (Vol I)

Cannelle: Sésame tiene algo que decirnos.
Sésame: ¿lo cualo? Me pillas totalmente fuera de juego.
C: Sí, mujer, lo de tu boda.
S: Caguen! Ya lo has tenido que decir...

Sí fieles lectoras. La irreverente y irónica Sésame, la que hasta hace bien poco se reía del rollo bodil... también va a pasar por el altar.

Sésame: Bueno, por un altar falso, que va a ser una boda de estas de mentira...
Cannelle: Claro sí, pero que te vas a casar...
S: Si, eso sí. Pero no ha sido un proceso normal de boda, tu lo sabes.
C: Hombre, normal, normal, no ha sido, cuéntalo y así lo saben todos...
S: La mayoría ya lo saben... que esta historia la he explicado muchas veces pero, venga, como me mola repetirme, pues vamos a por ello

Capítulo 1: Sésame decide casarse
Y es que yo siempre he sido muy de decir que no me gustaban las bodas (las de los demás a las que sólo vas a tajarte y a comer sí), pero el señor Sésame me dejó muy claro que a él sí que le hacía gracia esto de pasar por la vicaría.

Hace ya unos años y para que no me comiese más la cabeza, empecé a decir que vale, que si a él le apetecía, que nos casaríamos, pensando que al buen señor Sésame (con todas las cosas que tiene él en la cabeza) nunca se le ocurriría plantearse una boda. Pero me equivoqué.


Los que quieran pedidas de mano espectaculares, con anillo de diamantes y la novia llorando, que dejen de leer este post. Tampoco hubo globos ni decoración modernofestiva. 

Y nada, a finales de enero, un día sentados en el sofá, mientras veíamos una peli  el señor Sésame me dijo que creía que había llegado el momento de casarnos. Dejé de mirar la película (que me estaba gustando) y le dije "bueno, pues vale, ¿mañana lo empezamos a mirar?" y nada, aquí se acaba el primer capítulo.

Capítulo 2: Sésame va a comprarse su vestido de novia
Cannelle: Este es mi capítulo preferido.
Sésame: Ya lo sé querida, y el mío, por eso no me importa repetirlo y que la gente lo sepa. Tengo que aclarar, que me agobia ir de compras y más si hay alguien de la tienda que está encima todo el rato. Además, he sufrido la compra de dos vestidos de novia de dos amigas y el de comunión de mi ahijada y... lo siento, pero no quería eso para mi persona.


Total, Sésame busca tres vestidos por internet que le gusten, los encuentra y va a una tienda para probarse esos tres.

Escenario: Tienda en la Diagonal. Febrero lluvioso en Barcelona
Personajes:
- Sésame que viene de trabajar con las botas de seguridad, los tejanos mojados (estaba lloviendo) y un abrigo con el logo de su empresa (Sésame hace dirección de obra en sitios dónde hay barro y polvo...)
- La madre de Sésame que es una señora la mar de maja, que siempre va con tejanos y bambas.
- La señora de la tienda (típica señora con mechas rubias de peluquería cara, que trabaja en una tienda de vestidos de novia en la diagonal... )

Sésame entra en la tienda
Sésame - Hola, buenas tardes
Dependienta - Hola, ¿que querías?
Sésame que se plantea responder, Pues quería sardinas*, pero se calla porque sabe que eso no la llevará a ningún sitio.
Sésame: Vengo a una prueba de vestido de novia
Dependienta - Si, claro, ¿Cómo se llama la novia?
Sésame: - X
Dependienta - Uy, pues todavía no ha llegado
Sésame: - Sí que ha llegado porque soy yo (Sésame se arrepiente de no haber pedido sardinas)
Dependienta: - ¿Y cuándo dices que te casas?
Sésame: -A finales de septiembre
Dependienta: - ¿Y con el pelo corto? no te va a crecer tanto para septiembre...
Sésame: - Señora deme un quilo de sardinas por favor, que a usted no le han dado clases de márqueting (en mi mente le dije cosas peores que no pienso reproducir aquí, pero no... en realidad sonreí falsamente y le dije, "sí, con el pelo corto")

Por suerte entra la madre de Sésame, con sus tejanos y sus Munich de colores (Gracias mamá, siempre me arropas en los peores momentos). Sésame le dice a la dependienta que quiere probarse SÓLO ESTOS 3 vestidos y ninguno más.

En el probador, Sésame se quita los pantalones y la señora dependienta exclama
Dependienta: - Pero chica, si llevas unas bragas de colores, ¿a quién se le ocurre para venir a probarse un vestido de novia así?
Madre de Sésame que se parte de risa al ver la cara de la mujer.
Sésame: Pero si no se ven... ¿qué más da? 
Cuando Sésame se quita la camiseta y la señora le ve los tatuajes se escandaliza todavía más (y en su fuero interno se plantea no seguir con la farsa, porque estas arrabaleras no van a acabar comprando).

Sésame que se prueba los 3 vestidos y decide junto a su madre que hay uno que le gusta. Salen del probador.
Madre de Sésame: - Nada, que nos quedamos este
Dependienta (que pone cara de no entender nada): - ¿Pero has ido a alguna tienda más a mirar?
Sésame: - Nah, ya he mirado por internet y eran estos los que me gustaban. Este me gusta mucho. Es el que quiero
Dependienta: - ¿Seguro? ¿no te quieres probar nada más?
Sésame: - No, no... ya está bien
Dependienta: - Vale, pues nada, tienes que venir en un mes y te lo probaremos ya hecho a medida. Trae la ropa interior que vayas a llevar el día de la boda.

En la cabeza de Sésame suena: Sésame, tu no vas a llevar sujetador, porque tienes poco pecho y los que no tienen tirantes te molestan, además el vestido ya va ajustado y no hace falta, ¿vale? Ahora se lo dices a esta señora, porque esta conversación contigo misma ha sido interna. 
Pero por la boca de Sésame sale: - Nah... no hará falta, si no voy a llevar ropa interior en la boda

La madre de Sésame se descojona, pero mejor es la cara de la señora dependienta, que aquella tarde sufrió uno de los peores traumas de su vida.

Sésame decide que es mejor que la señora siga pensando que no va a llevar realmente NADA de ropa interior, antes que explicarle que se refería al sujetador. Así, como mínimo, la señora tendrá una anécdota que contarle esa noche a su marido, o el fin de semana a sus amigos. Y Sésame se marcha de la tienda la mar de digna con su madre partiéndose de risa por la situación.

Y es que... en siguientes posts ya os iremos explicando otros momentos Boda-Sésame, pero... es que lo que no le pase a ella...

Sésame: Es que la gente cree mucho en los estereotipos y entonces llego yo diciendo que quiero casarme y... pasa lo que pasa.


*En ese momento a Sésame le pasa por la cabeza el siguiente chiste
- Telepizza, ¿qué desea?
- Magdalenas, no te jode...


Y voy a añadir algo más, hoy hablan de Sésame en el post de Oh my Goodies un blog altamente recomendable, una gente majérrima de la que Sésame se declara fan total.




6 jun 2012

Cambio de armario, o ¿cuántos trapitos inútiles tienes?

Sésame: Ha llegado el odiado momento de esta época del año
Cannelle: ¿No te gusta la primavera?
Sésame: Si que me gusta la primavera (aunque creo que ya está dejando de existir, que pasamos del frío frío invierno al más caluroso de los veranos con dos semanas de diferencia), pero el odiado momento al que me refería es cuando tienes que hacer el maldito, odioso y traumático CAMBIO DE ARMARIO. Eso también es un fenómeno paranormal hogareño

Cannelle: ¡Noooooooooooooooooooooo!

Sì señoras y señoritas, el odiado cambio de armario. Ese en el que cambias la ropa de invierno a la de verano o viceversa, ese que todas odiamos porque nos enfrentamos a nuestros miedos más viscerales, los más profundos, aquellos que sólo salen a pasear de esa forma cruenta dos veces al año. 

Primero llega el desorden
Perchas, pantalones de pana, las botas de invierno, los calcetines gordos... Pero... ¿cómo hice el año pasado para que todos estos jerseis y camisas de manga larga cupieran en esta caja? ¿Cómo guardo ahora todo esto? ¿Qué tengo que tirar y qué guardo? Y es que señoritas, muchas veces parece que  tengamos un apego mayor a unos tejanos que a algunos de nuestros amigos.


Esas son las eternas preguntas que nos llevan a otras:
- ¿Tanto he comprado?
- ¿Todo esto me lo voy a volver a poner?
- ¿Pero cómo me compré esta falda? Si es que ahora que la miro bien es horrorosa...

Y tras plantearnos esos dilemas, pensar y pensar mientras doblamos ropa, llegamos a las conclusiones finales
- Tengo que dejar de comprar al tuntún y abandonar la fase consumista. 
- Tanto guardar, para luego nunca volver a ponerte algunas cosas, hay que tirar/dar/vender por ebay o algo.
- Las camisetas agujereadas que han pasado de camisetas a pijamas... deberían morir algún día  (aunque sean de la primera vez que fuiste a Port Aventura, sabemos que te hace ilusión recordar tu primer viaje en el Dragon Khan, pero... es que era blanca y ahora ya es gris marengo). 

Probarse la ropa del año anterior
Anda, mira, qué pantalones más chulos, no recordaba tenerlos... Si, sabemos que os da miedo seguir leyendo porque así empiezan algunos momentos de pánico escenico pre-veraniles.

No, si los pantalones siguen siendo majísimos, un color precioso (te los compraste porque no eran de un color de moda y sabías que te los ibas  a volver a poner), un corte ideal, y recuerdas que te quedaban de vicio. Entonces te los pruebas y llega el momentus horribilis, el año pasado te quedaban divinos pero este año ¡ni siquiera cierra la cremallera!



Entonces los pantalones no nos parecen tan chulos y tenemos ganas de tirarlos a la basura o esconderlos en el fondo del armario para no verlos nunca más... hasta el año siguiente.


¿Dónde está mi camiseta favorita?
Yo tenía una camiseta muy chula. Si hombre... aquella blanca con un dibujo... si tengo fotos en el teléfono de algún día del verano pasado. A ver, sí, sí, ahí está la foto, ahí está mi camiseta. Pero ¿dónde  está ahora?

En el cambio de armario de verano a invierno y de invierno a verano siempre hay bajas. Y además esas bajas no suelen ser las camisetas de propaganda que usas para dormir. Son bajas importantes.

A partir de ese momento no paras de pensar en lo bien que te quedaba la camiseta blanca, y en que ahora te la podrías poner con tejanos, o con esos pantalones con los que te la ponías siempre, que con aquella falda quedaba de miedo y... La camiseta se convierte en tu peor pesadilla, intentas buscar una similar en las tiendas, pero no hay suerte... al final acabas idealizándola en tu mente y se convierte en ese amor perdido que se mantendrá por siempre en tu cabeza.

Sésame: Yo tuve una vez una chaqueta verde....*
Cannelle: Y yo una camisa...


*Sésame: Lo de la chaqueta verde era verdad, y es curioso que este post estuviera preparado, porque ayer hice el cambio de armario, que ya venía tocando, y he de decir que tenía un vestido verde del año pasado, la mar de majo que no encuentro. CAGÜENLOSMENGUES...