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29 nov 2012

Lo que el viento se llevó

Cannelle: Lo que el viento se llevó, y lo que no pudo lo dejó. Y por eso estoy hoy aquí, escribiendo a dos manos (a Sésame la tendré que ir a rescatar luego). 

Esta noche ha hecho un viento considerable en nuestra tierra. Algo me ha parecido oir entre fases REM... pero no ha sido hasta que me he levantado de la cama que me he dado con la realidad en las narices: ¡Ouch, si yo tenía ropa tendida!


Vale, ya sé lo que me toca: ruta por el barrio a por la colada (tengo que decir que vivo en un primero y la terraza da al patio de luces que compartimos toda una manzana). Con lo vergonzosa que soy yo cuando quiero... 

- Buenos días, me podría devolver el tanga rosa que cuelga de su palmera? El viento, ya sabe... 

Y la señora pensará "anda, mírala ella, con lo recatada que parecía...". ¡Señora, que no es oro todo lo que reluce ni mierda todo lo que no brilla! Qué sepáis que ya lo dice mi madre, que las más serias y recatadas son luego las que tienen más fantasías sexuales (sí... es una de esas cosas que te suelta como médico, en plan "un estudio dice que"). 

- ¿Buenos días, me podría devolver unos calzoncillos que han caído desde mi balcón? El viento, ya sabe... 

Y la señora tardará un par de minutos en ir a por ellos, aunque a mí ya se me hacen eternos sólo de pensar que porqué tenían que ser justamente ESOS calzoncillos y no unos nuevos. Porque queridas amigas, no me digáis que vuestro marido no tiene unos calzoncillos anteriormente blancos, de esos que no se hace limpios ni con tres botes de Kalia. 

- De paso, ¡me podría devolver las dos plantas que se han "espachurrado" en su patio? 

Y la señora me mirará mal, pero que no se queje, que he tenido la decencia de ir a buscarlas. Aunque seamos francos... de paso, podría haberle pedido el tronco del brócoli* que le ha caído a la perra. Pero eso me ha dado demasiada vergüenza. Que lo tire a la basura cuando lo encuentre, no?



* Trycia es una amante del brócoli crudo, del tomate, las judías y de los chicles. 

16 nov 2012

Aló presidente


Riiing, riiiiiiing! Riiiiiiiiing!

Cannelle: Diga?
Señora: Alf Pomelo?

Se hace el silencio. Pasa una planta-bola rodando como en las películas del oeste. Sudor y cara desencajada. Al fin, me decido a contestar.

Cannelle: Sí, soy yo.

Ahora resulta que el alter ego de Cannelle, o sea ser, HalfPomelo (su proyecto de negocio), es una tapadera. Te hemos descubierto, querida.


Sésame: No sabía yo el apellido de Alf.
Cannelle: Ni que yo fuera Alf.
Sésame: Es todo un honor...
Cannelle: A ver, si a mi me gustaba mucho Alf también... pero no nos pasemos.
Sésame: Tranquila, eso es cosa de vivir en la generación de la H suspirada.
C: No es "aspirada"?
S: No, inspirada. O suspirada. Porque no hay ni Dios que diferencie haber (verbo), a ver (lo que se hace con los ojos). Estos niños...
C: Acabas de hablar como mi abuela. Pero tienes toda la razón del mundo. Pero a ver, que la mujer del teléfono tenía ya una edad. No era una "nini" de esas.
S: Pues esas son las peores, que se ponen a estudiar inglés a los 40 y les lían con la historia de las H que se pronuncian.
C: Claro, entonces es cuando te llaman y piensan... a ver, estoy hablando en castellano, no? Pues no se pronuncia.
S: Eso mismo.
C: Y van al Zara Ome (que en catalán quiere decir hombre) y piden unos Alls (ajos, en catalán) en el quiosco para referirse a los caramelos mentolados.
S: Pues eso, Alf. Que la cosa está muy mala.

27 jun 2012

Cosas que sólo le pasan a Sésame

El otro día, hablando de cosas random con unas amigas, llegamos a hablar de que soy sonámbula. Si, es una de aquellas cosas que pasan a alguna gente pero que en general, cuando las explicas, hacen gracia. 

Ya desde mi  más tierna infancia, acostumbro a levantarme por las noches, me paseo  por la casa y hago cosas extrañas. De los cuatro a los dieciséis años lo hice bastante (y creo que mis padres aprovechaban para hacerme hablar y que les explicase intimidades). Después de eso, dejé de hacerlo durante bastante tiempo, hasta que empecé a currar en mi anterior trabajo. Parece ser que el estrés es un desencadenante del sonambulismo, y que es bastante habitual. 

Me haría gracia que alquien me grabase sonámbula, nunca me he visto
pero el señor Sésame dice que nunca se acuerda
de sacar el teléfono
Mis padres lo tenían asumido, y me habían parado más de una vez en la puerta de la calle, con la mochila puesta para ir al colegio (yo es que era muy aplicada). Pero claro, mis padres tenían obligación de cuidar de la persona que os habla. Ahora, el señor Sésame, que no tiene ninguna obligación, sigue cuidando de mi cuando realizo esos paseos nocturnos tan divertidos, y eso señores lectores, eso es amor. 

A este aficionado a los deportes, le gusta quedarse despierto hasta tarde viendo programas en canales deportivos, mientras yo (que paso bastante del tema) me voy a dormir. Al señor Sésame le encanta explicar que en esos casos soy como Casper, que aparezco misteriosamente a su lado, sin hacer ningún ruido y que a veces se pega unos sustos terribles. 

Así de silenciosa y de transparente soy yo
Después de explicar esto, se parte explicando mis conversaciones interesantísimas sobre cosas inconexas del trabajo, y cómo consigue que vuelva a la cama, timándome con triquiñuelas varias, aunque normalmente le basta con pedirme amablemente que vuelva a la cama y yo, muy digna, vuelvo cual fantasma incorpóreo a dormir. 

La pasada noche, me desperté de pronto. Me había levantado sonámbula, pero el señor Sésame no se percató y siguió durmiendo en el lado izquierdo de la cama. Y os puedo reconstruir más o menos cómo debió ir mi andadura nocturna

- Sésame que se levanta de la cama y va sigilosamente al lavabo
- Sésame se desviste, abre el monomando para que el agua empiece a salir tibia (gracias al ser supremo, tuve ese momento de lucidez)
- Sésame se mete en la ducha, enciende el teléfono de la ducha y se despierta sobresaltada en el momento justo en que le cae el agua tibia en la espalda. 


- La misma que os habla piensa: ¡¡¡Ayyy!!! qué agua más fresca... jolín... ni me he enterado de cómo he llegado hasta aquí, bueno, pues nada, jabón en la esponja, champú en el pelo... venga, vamos que llegas tarde a currar. Deben ser las siete ya.. Qué raro que has llegado hasta  aquí medio dormida... Jolin, qué sueño hoy... 
- Sésame que sale de la ducha, se pone el albornoz (que debe haber cogido antes) y se le ocurre mirar el reloj que tiene en el baño (para que el señor Sésame no se empane por las mañanas y no llegue tarde)
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡MECAGÜENLAPUTAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!(Perdón, pero siempre digo palabrotas en situaciones así...) Pero si son las doce y media! ¿qué hago yo a estas horas duchándome?

Pues sí queridos lectores, me he duchado a las doce y media de la noche, pero suerte que me he dormido enseguida, al volver a la cama (poniendo una toalla en la almohada para que no se mojase)

El señor Sésame se ha reído esta mañana cuando se lo he explicado, pero no os creáis que no le ha parecido nada raro.

Y es que mi vida, a veces, tiene puntos surrealistas.

Ser sonámbulo puede ser divertido para los demás, pero es cansado para el que lo sufre. 


20 jun 2012

Fuentes de tráfico

Cannelle, ojalá desde Bali tengas tiempo y leas esto, porque... es que ¡¡¡¡hoy he flipado!!!!

Estaba mirando las estadísticas de blogger y me ha dado por mirar de dónde veníais amadísimos lectores. Pues sí, hay lectores de España, de Suramérica, de bastantes países de Europa, de Japón (¿¿¿¿Japón????). Vale, si, me ha hecho gracia, pero lo que me ha subyugado realmente es ver qué pone en Google la gente que llega a nosotras.


Bob esponja jugando al futbol
¿Perdón? Pero ¿cómo ha llegado alguien a Sésame et Cannelle poniendo esto? Intento recordar y ver cuándo hemos hablado de Bob Esponja (Vive en la piña debajo del mar...). Pero... ya os digo que no, creo que nunca hemos hablado de Bob Esponja


¿Se referían a fútbol americano?

¿O a este fútbol?

Cómo forrar las hombreras de locomia
Si, es cierto, en este post hablamos de Locomía, pero nunca dijimos cómo forrar sus hombreras. Pero lo peor de todo es... ¿quién ha buscado información para forrar hombreras cual Locomía?

A esa persona/personas les digo: No lo hagáis, no intentéis volver a la moda de los ochenta. Las hombreras deberían ir al paredón directamente.

Ballena pelota saltarina
¿Pero qué clase de friki quiere ver a una ballena saltando con una pelota? Es que no lo puedo entender. Busca un delfín, una foca, una morsa... pero ¿una ballena? Y señor de Google, por mucho que lo pienso, no llego a entender cómo le ha mandado usted a este blog (hay algún becario que se le está columpiando)

Pelotas saltarinas que llevan a confusiones

Vale, después de mis cinco minutos de investigación, he descubierto que si ponéis Pelota saltarina en google images, os remiten a este post

Si, señores de Google, les agradecemos que nos pongan como primera opción en algún momento pero... ¿con este? ¿y porqué lo de la ballena? Madres del mundo que hayáis llegado a Sésame et Cannelle buscando juguetes para vuestros hijos, ¡lo sentimos! Pero oye, a lo mejor os gusta y os quedáis.

Cardados chonis
Vale, si, recuerdo que lo escribimos aquí hablando de Amy Winehouse, pero la persona que buscaba cardados, se defraudaría al vernos a nosotras, sin peinados raros, sin pañuelos cincuenteros, sin muertes por sobredosis (creo que me he pasado con esto... Lo sentimos Amy, si nos estás leyendo desde el cielo de roqueros drogadictos muertos, no te lo tomes a mal)

Amy, descansa en paz en el cielo de los drogatas borrachuzos

Algo estamos haciendo mal...

6 jun 2012

Cambio de armario, o ¿cuántos trapitos inútiles tienes?

Sésame: Ha llegado el odiado momento de esta época del año
Cannelle: ¿No te gusta la primavera?
Sésame: Si que me gusta la primavera (aunque creo que ya está dejando de existir, que pasamos del frío frío invierno al más caluroso de los veranos con dos semanas de diferencia), pero el odiado momento al que me refería es cuando tienes que hacer el maldito, odioso y traumático CAMBIO DE ARMARIO. Eso también es un fenómeno paranormal hogareño

Cannelle: ¡Noooooooooooooooooooooo!

Sì señoras y señoritas, el odiado cambio de armario. Ese en el que cambias la ropa de invierno a la de verano o viceversa, ese que todas odiamos porque nos enfrentamos a nuestros miedos más viscerales, los más profundos, aquellos que sólo salen a pasear de esa forma cruenta dos veces al año. 

Primero llega el desorden
Perchas, pantalones de pana, las botas de invierno, los calcetines gordos... Pero... ¿cómo hice el año pasado para que todos estos jerseis y camisas de manga larga cupieran en esta caja? ¿Cómo guardo ahora todo esto? ¿Qué tengo que tirar y qué guardo? Y es que señoritas, muchas veces parece que  tengamos un apego mayor a unos tejanos que a algunos de nuestros amigos.


Esas son las eternas preguntas que nos llevan a otras:
- ¿Tanto he comprado?
- ¿Todo esto me lo voy a volver a poner?
- ¿Pero cómo me compré esta falda? Si es que ahora que la miro bien es horrorosa...

Y tras plantearnos esos dilemas, pensar y pensar mientras doblamos ropa, llegamos a las conclusiones finales
- Tengo que dejar de comprar al tuntún y abandonar la fase consumista. 
- Tanto guardar, para luego nunca volver a ponerte algunas cosas, hay que tirar/dar/vender por ebay o algo.
- Las camisetas agujereadas que han pasado de camisetas a pijamas... deberían morir algún día  (aunque sean de la primera vez que fuiste a Port Aventura, sabemos que te hace ilusión recordar tu primer viaje en el Dragon Khan, pero... es que era blanca y ahora ya es gris marengo). 

Probarse la ropa del año anterior
Anda, mira, qué pantalones más chulos, no recordaba tenerlos... Si, sabemos que os da miedo seguir leyendo porque así empiezan algunos momentos de pánico escenico pre-veraniles.

No, si los pantalones siguen siendo majísimos, un color precioso (te los compraste porque no eran de un color de moda y sabías que te los ibas  a volver a poner), un corte ideal, y recuerdas que te quedaban de vicio. Entonces te los pruebas y llega el momentus horribilis, el año pasado te quedaban divinos pero este año ¡ni siquiera cierra la cremallera!



Entonces los pantalones no nos parecen tan chulos y tenemos ganas de tirarlos a la basura o esconderlos en el fondo del armario para no verlos nunca más... hasta el año siguiente.


¿Dónde está mi camiseta favorita?
Yo tenía una camiseta muy chula. Si hombre... aquella blanca con un dibujo... si tengo fotos en el teléfono de algún día del verano pasado. A ver, sí, sí, ahí está la foto, ahí está mi camiseta. Pero ¿dónde  está ahora?

En el cambio de armario de verano a invierno y de invierno a verano siempre hay bajas. Y además esas bajas no suelen ser las camisetas de propaganda que usas para dormir. Son bajas importantes.

A partir de ese momento no paras de pensar en lo bien que te quedaba la camiseta blanca, y en que ahora te la podrías poner con tejanos, o con esos pantalones con los que te la ponías siempre, que con aquella falda quedaba de miedo y... La camiseta se convierte en tu peor pesadilla, intentas buscar una similar en las tiendas, pero no hay suerte... al final acabas idealizándola en tu mente y se convierte en ese amor perdido que se mantendrá por siempre en tu cabeza.

Sésame: Yo tuve una vez una chaqueta verde....*
Cannelle: Y yo una camisa...


*Sésame: Lo de la chaqueta verde era verdad, y es curioso que este post estuviera preparado, porque ayer hice el cambio de armario, que ya venía tocando, y he de decir que tenía un vestido verde del año pasado, la mar de majo que no encuentro. CAGÜENLOSMENGUES...














8 may 2012

Fenómenos paranormales hogareños

A veces la vida en una casa normal se convierte en un programa de Cuarto Milenio. Pasan cosas extrañas, sobrenaturales incluso, que llegan a dar miedito... 

Cannelle: Nos referimos a cosas raras, raras. 
Sésame: Pero no tan raras, porque pasan en prácticamente todas las casas...
C: Bueno, son raras, pero pasan a menudo

El monstruo de la lavadora
Si, aquél que hace que un día el calcetín rojo se quede sin pareja. Entendemos que pase con los calcetines masculinos negros, que son promiscuos, se van ahora con uno, ahora con otro, siempre  con otros calcetines negros, pero normalmente no con su pareja estable, pero no entendemos que pase con los calcetines de colores.
De echo, será por eso que los hombres tienden a comprarse todos los calcetines iguales. El señor de Cannelle dice que es para ahorrarse tiempo buscándole pareja (viva la vagancia)... 

S: El monstruo de la lavadora, aquél que además de alimentarse de calcetines y de destrozar el color de tus camisetas preferidas, hace que aparezcan camisetas con agujeritos. ¿Qué ley de la física, la química o la biología hace que los calcetines pierdan su pareja y que salgan agujeros en la ropa?
C: Ya te he dicho mil veces que no te compres la ropa en Shana, que a la que la pones en la lavadora pierde su forma, color y textura. Por eso prefiero comprar ropa buena (algún agujero aparece de vez en cuando, para qué negarlo, pero es mucho menos frecuente que con la ropa de mercadillo).
S: Jolín.. para un perro que maté... compradora de Shana me llamaron...
C: ....

Calcetines solterones
Esto viene siendo un aparte de lo de la lavadora, porque... hay veces que no desaparecen en la lavadora, también pueden desaparecer en el tendedero, enrollados en la funda del edredón de plumas, debajo de la cama... Ponerte a doblar la ropa tras haberla lavado y tendido y que aparezcan calcetines sin su pareja. ¿Y ahora qué? Bueno, se van guardando en un rincón del cajón de la ropa íntima o de los calcetines. Pero pasa el tiempo y nada.
Estaría bien montar una especie de Meetic para calcetines. Sockit o algo así.


C: Por cierto, no tendrás un calcetín tobillero azul celeste sin pareja? Porque entre los tuyos y los míos a lo mejor sacamos alguna pareja nueva.
S: ¡Concubinas de calcetines al poder!
C: Oh, y la felicidad de encontrarle pareja a ese calcetín solterón después de tanto tiempo... qué alegría. Gallina de piel.

Alimentos que juegan al escondite en la nevera
Si, si, a todos nos ha pasado. No lo vamos a negar. Abres la nevera, y no hay nada para cenar, sólo quedan yogures. Pero no... te equivocas, porque percibes un ligero olor a rancio. Miras y no ves nada y por tanto decides que hoy vas a cenar un shawarma del paqui, que te los trae a casa con la moto. A la mañana siguiente abres la nevera buscando un yogur, apartas los de fresa, que son los que menos te gustan, y al apartarlos... ¡voilà! una cebolla que ha creado una nueva variedad de penicilina. 
Pero si ayer ya lo miraste, ayer viste que no había nada en la nevera, notaste el olor... pero no había nada...  y esperas a que llegue tu señor esposo a casa para que la retire.
S: Si, yo espero a que llegue el señor Sésame para eso y para tirar el poso que se queda en el fregadero (aghhhhhhjjjjj, no puedo con eso... aunque sé que sólo son restos de comida. A veces me armo de valor y lo cojo para tirarlo, pero siempre mirando hacia otro lado y con la nariza arrugada)

¿De dónde sale tanta pelusa?
Es un no parar, en las casas se generan cantidades ingentes de pelusa. O la ropa y todo lo que lleva algo parecido a lana se desintegra, o el monstruo de la lavadora se parece al monstruo de las galletas. 

Sésame: En mi casa la pelusa es roja, siempre es roja. Creo que es por el sofá, que es rojo, pero saco tanta tanta que... creo que el sofá se está desintegrando. 


C: ¿En serio? Pelusa roja... qué cosas. Tengo entendido que una de las cosas que genera más polvo, por delante de la ropa y de la arenilla que se cuela en casa a través de las suelas de los zapatos y de las ventanas, es la piel. Eso, con los pelos (de la melena, de la barba de Sr Sésame, etc) genera esas cosas que se acumulan bajo los radiadores, la cama y las patas de las sillas. En momentos así me gustaría creer en Dios para decirle que se olvidó de una cosa cuando creó el mundo: antes de descansar tendría que haber pensado en los desechos. Y luego dicen que la naturaleza es sabia...
S: Me alegra de que hayas puesto que el pelo de mi casa es del señor Sésame, porque entre la barba y las greñacas, joer joer...

La desaparición del teléfono inalámbrico 
Suena, suena, y tu sabes que tiene que estar por ahí, porque lo oyes... pero el teléfono ha desaparecido.  Sigue sonando y lo buscas por la habitación, vas por el pasillo y oyes cómo te alejas del teléfono. Vuelves a la habitación y sigue sonando, pero ha desaparecido... Lo peor de todo es que sólo aparece cuando ya no está sonando.
Cagüenla****!!!! 



El misterioso incidente de la tapa del baño siempre levantada 
Está claro que este es el misterio menos misterioso del mundo. Todas sabemos porqué la tapa del baño está siempre levantada aunque nosotras la hayamos bajado. No es el monstruo de la lavadora, ni un efecto paranormal ni que tengamos poltergeists... No hace falta que digamos nada más.

Tendremos que poner una tapa domótica de estas.


Y esto nos lleva indefectiblemente a la necesidad de hablar de la convivencia con el género masculino.